Reflexiones fundadas sobre la certificación de procesos en la Arquitectura Técnica
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Date
2006Subject/s
Unesco Subject/s
3305.28 Regulaciones, Códigos y Especificaciones
1203.06 Sistemas Automatizados de Control de Calidad
Abstract
Cuando se analiza en profundidad la responsabilidad en la que incurrimos los arquitectos técnicos por el mero hecho de ejercer la profesión, como directores de ejecución o coordinadores de seguridad por instinto de supervivencia, tendemos a intentar protegernos con las herramientas que se encuentren a nuestro alcance y entre ellas mi equipo ha empleado dos, la gestión de la calidad y la gestión del conocimiento, que si bien no son una coraza indestructible si permiten, al menos, resistir con bastante dignidad los envites que se nos presentan en el día a día. Pero cuando se crea una empresa, además de pensar en defendernos, lo que se fija uno es otras metas mucho más enriquecedoras, como son acometer las distintas actividades con la máxima profesionalidad, con un claro compromiso con la calidad y asumiendo la mejora continua como filosofía de empresa. El primer paso es admitir que hay algo que aprender, que alguien lo hace mejor. La gestión de la calidad nos permite hacer las cosas cada vez mejor, aprendiendo de los errores y defectos, creando una memoria de las mejores prácticas y la forma de resolver problemas que nos permite efectuar unos servicios en condiciones cada vez más controladas, que aportan mayor valor añadido.
Cuando se analiza en profundidad la responsabilidad en la que incurrimos los arquitectos técnicos por el mero hecho de ejercer la profesión, como directores de ejecución o coordinadores de seguridad por instinto de supervivencia, tendemos a intentar protegernos con las herramientas que se encuentren a nuestro alcance y entre ellas mi equipo ha empleado dos, la gestión de la calidad y la gestión del conocimiento, que si bien no son una coraza indestructible si permiten, al menos, resistir con bastante dignidad los envites que se nos presentan en el día a día. Pero cuando se crea una empresa, además de pensar en defendernos, lo que se fija uno es otras metas mucho más enriquecedoras, como son acometer las distintas actividades con la máxima profesionalidad, con un claro compromiso con la calidad y asumiendo la mejora continua como filosofía de empresa. El primer paso es admitir que hay algo que aprender, que alguien lo hace mejor. La gestión de la calidad nos permite hacer las cosas cada vez mejor, aprendiendo de los errores y defectos, creando una memoria de las mejores prácticas y la forma de resolver problemas que nos permite efectuar unos servicios en condiciones cada vez más controladas, que aportan mayor valor añadido.