Condiciones acústicas reales de los edificios
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2003Subject/s
Abstract
En los últimos años estamos asistiendo a un fenómeno que va adquiriendo una mayor profundización con el paso del tiempo: un nivel superior de exigencia en el consumidor con respecto a los bienes y servicios que demanda de la sociedad; este hecho en si, representa intrínsecamente un factor positivo, por cuanto denota una mayor conciencia del ciudadano sobre sus derechos y por tanto una participación más directa del mismo como sujeto social; no obstante y como es patente, el nivel de exigencia no se incrementa por igual en todos los campos, debido a nuestro entender a dos causas principales: el conocimiento más o menos profundo sobre el producto que se demanda y en segundo lugar su precio. Pocos bienes como la vivienda existen en el mercado, por no decir ninguno, con la salvedad tal vez del automóvil, en los que el comprador no tenga una idea más completa de las exigencias que demanda del producto terminado, y como es indiscutible, ninguno le representa generalmente una inversión más fuerte proporcionalmente a su patrimonio; estos dos términos se interrelacionan entre si de tal forma que el segundo en gran medida refuerza al primero. El nivel de exigencia en la vivienda aumenta constantemente con el paso del tiempo, motivado sin duda por el aumento de la cultura de consumo y por los niveles de precios que se alcanzan; actualmente las demandas se orientan además de las tradicionales (estabilidad, acabados) hacia una calidad que podríamos definir como más intangible, siendo la confortabilidad acústica de la vivienda uno de los factores que más se demanda actualmente. Es por ello, que en estos momentos uno de los mayores retos que tenemos planteados es la resolución de los problemas acústicos que actualmente se nos presentan en las edificaciones, problemas que por otra parte no entrañan dificultades excesivamente complejas si decidimos atacar el origen de los mismos. Mas complicado es determinar cuál es el citado origen, por cuanto realmente no es único, si no más bien un conjunto interrelacionado de factores que en un principio pueden parecer independientes, y es precisamente esa falsa apariencia la que puede ocultar su resolución.
En los últimos años estamos asistiendo a un fenómeno que va adquiriendo una mayor profundización con el paso del tiempo: un nivel superior de exigencia en el consumidor con respecto a los bienes y servicios que demanda de la sociedad; este hecho en si, representa intrínsecamente un factor positivo, por cuanto denota una mayor conciencia del ciudadano sobre sus derechos y por tanto una participación más directa del mismo como sujeto social; no obstante y como es patente, el nivel de exigencia no se incrementa por igual en todos los campos, debido a nuestro entender a dos causas principales: el conocimiento más o menos profundo sobre el producto que se demanda y en segundo lugar su precio. Pocos bienes como la vivienda existen en el mercado, por no decir ninguno, con la salvedad tal vez del automóvil, en los que el comprador no tenga una idea más completa de las exigencias que demanda del producto terminado, y como es indiscutible, ninguno le representa generalmente una inversión más fuerte proporcionalmente a su patrimonio; estos dos términos se interrelacionan entre si de tal forma que el segundo en gran medida refuerza al primero. El nivel de exigencia en la vivienda aumenta constantemente con el paso del tiempo, motivado sin duda por el aumento de la cultura de consumo y por los niveles de precios que se alcanzan; actualmente las demandas se orientan además de las tradicionales (estabilidad, acabados) hacia una calidad que podríamos definir como más intangible, siendo la confortabilidad acústica de la vivienda uno de los factores que más se demanda actualmente. Es por ello, que en estos momentos uno de los mayores retos que tenemos planteados es la resolución de los problemas acústicos que actualmente se nos presentan en las edificaciones, problemas que por otra parte no entrañan dificultades excesivamente complejas si decidimos atacar el origen de los mismos. Mas complicado es determinar cuál es el citado origen, por cuanto realmente no es único, si no más bien un conjunto interrelacionado de factores que en un principio pueden parecer independientes, y es precisamente esa falsa apariencia la que puede ocultar su resolución.