La "clientalización" de los sistemas industrializados de fachada. Una estategia de producción para la "clientalización" de la forma de los componentes planos de hormigón
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Date
2013Unesco Subject/s
3305.05 Tecnología del Hormigón
3310.05 Ingeniería de Procesos
3313.04 Material de Construcción
5311.09 Organización de la Producción
Abstract
Un cambio en el modelo de producción actual. La adecuación de los bienes de consumo al usuario Los sistemas de producción heredados del Taylorismo han sido modelos de éxito en las épocas de crecimiento económico puesto que disponían de una demanda elevada y constante para dar sentido a una gran producción de elementos a un coste razonable. Estos modelos de producción están basados en el concepto industrial ‘push’ caracterizado principalmente por la inyección constante de productos al mercado, generando en muchos casos industrias enormes que, con el cambio de modelo económico y la crisis actual, están dejando de tener sentido. Muchas de las empresas actuales que han querido mantener su competitividad en el mercado actual lo han hecho aportando valor añadido a sus productos a través de la personalización. Esto supone un cambio importante en el modelo de producción – convirtiéndolo en un sistema ‘pull’‐ ya que los requerimientos del cliente pasan a ser uno de los principales motores de la producción. Esta capacidad de las industrias para la personalización de sus productos no se ha conseguido a base de sacrificar parte del beneficio económico sino a través del desarrollo de estrategias de producción más agiles y flexibles que les permiten producir ‘just‐in‐time’. Estos cambios han sido posibles gracias a la incorporación de sistemas informatizados de gestión en sus líneas de producción. Los sistemas de producción de los componentes planos de hormigón La industria actual de los prefabricados de hormigón no ha experimentado cambios significativos en sus sistemas de producción desde los años 60. Si bien es cierto que durante este periodo se han incorporado mejoras en los materiales utilizados tanto en los moldes como en los hormigones, pocas son las empresas que han podido incorporar sistemas automatizados en sus procesos de producción. Estas empresas continúan produciendo bajo las limitaciones de la ‘amortización’ del coste del molde con unas consecuencias bien conocidas en los componentes de fachada: restricciones geométricas, elevada repetición y necesidad de producción de series largas. La ventana como componente clientalizado Pero mientras la industria del hormigón ha quedado estancada e impermeable a la flexibilización de sus procesos, otras industrias del sector de la construcción –sobre todo las relacionadas con los semiproductos lineales‐ han sabido desarrollar un sistema de producción ágil y flexible capaz de dar respuesta a producciones cortas y de pocas repeticiones sin un incremento sustancial del coste final. Un buen ejemplo de ello es la industria de las carpinterías. Casi sin darnos cuenta hemos asumido que la geometría de una ventana no está condicionada por el proceso de fabricación sino que prácticamente solo depende de los requerimientos geométricos del proyecto. Así pues ¿Podría la industria de los prefabricados de hormigón permitir la misma flexibilidad? ¿Podría esta adaptarse a la demanda y a los requerimientos geométricos del proyecto? o ¿Solo gracias a la destreza del proyectista pueden adaptarse las geometrías de la industria a las de la arquitectura? Los moldes clientalizables para la conformación de paneles de hormigón Para la industria de los prefabricados de hormigón, la clientalización de la forma de los paneles planos es principalmente un problema de coste. Si aumentamos la variabilidad disminuye la productividad y aumenta el coste. Este estudio nace con la voluntad de poder ofrecer a esta industria una estrategia de producción industrial que no obligue a la repetición ni a la ejecución de series largas para poder ser competitivo sino que le permita adaptarse a las necesidades del cliente sin que esto suponga un sobrecoste para las series cortas. Puesto que la industria de las carpinterías es capaz de conformar marcos a medida y con precisión milimétrica, la propuesta utilizara esta tecnología para desarrollar moldes perimetrales clientalizables para la conformación de los componentes planos de hormigón, garantizando la viabilidad técnica y sobretodo económica. Las funciones añadidas del molde vs la amortización del coste Como sabemos, actualmente el elevado coste de un molde debe ser repercutido en el número de componentes fabricados (amortización) siendo esta la única estrategia posible para garantizar la competitividad económica del sistema. En la propuesta se utilizará el molde clientalizado como molde perdido y en consecuencia no habrá posible amortización. Cada componente de hormigón tendrá su propio molde que le aportará más funciones que la simple contención del material amorfo. Esta es la clave que permitirá garantizar la viabilidad económica de la propuesta. El concepto de amortización del sistema actual es substituido por el de funciones añadidas del molde. Así pues la propuesta permitirá disminuir las tolerancias de fabricación de los componentes de hormigón, facilitará su montaje inequívoco en obra, garantizará la estanqueidad mediante una junta conformada y la compatibilidad con otros componentes. Una vez demostradas las mejoras tecnológicas del sistema respecto a los componentes de hormigón convencionales veremos como también la propuesta desarrolla un nuevo modelo de producción industrial que le aproxima a un sistema de producción ‘just‐in‐time’. En efecto, el aumento de la productividad ya no irá ligado a la repetitividad del producto sino que ambos dejaran de estar directamente vinculados abriendo un camino hacia la clientalización de la forma de los componentes planos de hormigón. Prospectiva. La estrategia de la propuesta no es nada nuevo si lo comparamos con algunas de las técnicas actuales de puesta en obra de los materiales amorfos. El proyectado de yesos o morteros sobre soportes que ejercen funciones de molde, o el vertido de hormigón sobre chapas grecadas de acero para la ejecución de un forjado colaborante, son claros ejemplos de ello. El soporte no solo ejerce de molde sino que además aporta otras prestaciones al conjunto. La conceptualización de esta estrategia de producción que utiliza los semiproductos –fácilmente clientalizables‐ como molde perdido y que aporta más funciones al conjunto abre un camino de desarrollo de nuevos componentes clientalizables basados en los materiales amorfos. En un contexto de futuro deberá tenerse en cuenta la evolución de las técnicas de deposición de materiales amorfos mediante el sistema de ‘rapid prototyping’ que permiten conformar ‘just‐in‐time’ y a medida prácticamente cualquier elemento plano o tridimensional imaginable.
Un cambio en el modelo de producción actual. La adecuación de los bienes de consumo al usuario Los sistemas de producción heredados del Taylorismo han sido modelos de éxito en las épocas de crecimiento económico puesto que disponían de una demanda elevada y constante para dar sentido a una gran producción de elementos a un coste razonable. Estos modelos de producción están basados en el concepto industrial ‘push’ caracterizado principalmente por la inyección constante de productos al mercado, generando en muchos casos industrias enormes que, con el cambio de modelo económico y la crisis actual, están dejando de tener sentido. Muchas de las empresas actuales que han querido mantener su competitividad en el mercado actual lo han hecho aportando valor añadido a sus productos a través de la personalización. Esto supone un cambio importante en el modelo de producción – convirtiéndolo en un sistema ‘pull’‐ ya que los requerimientos del cliente pasan a ser uno de los principales motores de la producción. Esta capacidad de las industrias para la personalización de sus productos no se ha conseguido a base de sacrificar parte del beneficio económico sino a través del desarrollo de estrategias de producción más agiles y flexibles que les permiten producir ‘just‐in‐time’. Estos cambios han sido posibles gracias a la incorporación de sistemas informatizados de gestión en sus líneas de producción. Los sistemas de producción de los componentes planos de hormigón La industria actual de los prefabricados de hormigón no ha experimentado cambios significativos en sus sistemas de producción desde los años 60. Si bien es cierto que durante este periodo se han incorporado mejoras en los materiales utilizados tanto en los moldes como en los hormigones, pocas son las empresas que han podido incorporar sistemas automatizados en sus procesos de producción. Estas empresas continúan produciendo bajo las limitaciones de la ‘amortización’ del coste del molde con unas consecuencias bien conocidas en los componentes de fachada: restricciones geométricas, elevada repetición y necesidad de producción de series largas. La ventana como componente clientalizado Pero mientras la industria del hormigón ha quedado estancada e impermeable a la flexibilización de sus procesos, otras industrias del sector de la construcción –sobre todo las relacionadas con los semiproductos lineales‐ han sabido desarrollar un sistema de producción ágil y flexible capaz de dar respuesta a producciones cortas y de pocas repeticiones sin un incremento sustancial del coste final. Un buen ejemplo de ello es la industria de las carpinterías. Casi sin darnos cuenta hemos asumido que la geometría de una ventana no está condicionada por el proceso de fabricación sino que prácticamente solo depende de los requerimientos geométricos del proyecto. Así pues ¿Podría la industria de los prefabricados de hormigón permitir la misma flexibilidad? ¿Podría esta adaptarse a la demanda y a los requerimientos geométricos del proyecto? o ¿Solo gracias a la destreza del proyectista pueden adaptarse las geometrías de la industria a las de la arquitectura? Los moldes clientalizables para la conformación de paneles de hormigón Para la industria de los prefabricados de hormigón, la clientalización de la forma de los paneles planos es principalmente un problema de coste. Si aumentamos la variabilidad disminuye la productividad y aumenta el coste. Este estudio nace con la voluntad de poder ofrecer a esta industria una estrategia de producción industrial que no obligue a la repetición ni a la ejecución de series largas para poder ser competitivo sino que le permita adaptarse a las necesidades del cliente sin que esto suponga un sobrecoste para las series cortas. Puesto que la industria de las carpinterías es capaz de conformar marcos a medida y con precisión milimétrica, la propuesta utilizara esta tecnología para desarrollar moldes perimetrales clientalizables para la conformación de los componentes planos de hormigón, garantizando la viabilidad técnica y sobretodo económica. Las funciones añadidas del molde vs la amortización del coste Como sabemos, actualmente el elevado coste de un molde debe ser repercutido en el número de componentes fabricados (amortización) siendo esta la única estrategia posible para garantizar la competitividad económica del sistema. En la propuesta se utilizará el molde clientalizado como molde perdido y en consecuencia no habrá posible amortización. Cada componente de hormigón tendrá su propio molde que le aportará más funciones que la simple contención del material amorfo. Esta es la clave que permitirá garantizar la viabilidad económica de la propuesta. El concepto de amortización del sistema actual es substituido por el de funciones añadidas del molde. Así pues la propuesta permitirá disminuir las tolerancias de fabricación de los componentes de hormigón, facilitará su montaje inequívoco en obra, garantizará la estanqueidad mediante una junta conformada y la compatibilidad con otros componentes. Una vez demostradas las mejoras tecnológicas del sistema respecto a los componentes de hormigón convencionales veremos como también la propuesta desarrolla un nuevo modelo de producción industrial que le aproxima a un sistema de producción ‘just‐in‐time’. En efecto, el aumento de la productividad ya no irá ligado a la repetitividad del producto sino que ambos dejaran de estar directamente vinculados abriendo un camino hacia la clientalización de la forma de los componentes planos de hormigón. Prospectiva. La estrategia de la propuesta no es nada nuevo si lo comparamos con algunas de las técnicas actuales de puesta en obra de los materiales amorfos. El proyectado de yesos o morteros sobre soportes que ejercen funciones de molde, o el vertido de hormigón sobre chapas grecadas de acero para la ejecución de un forjado colaborante, son claros ejemplos de ello. El soporte no solo ejerce de molde sino que además aporta otras prestaciones al conjunto. La conceptualización de esta estrategia de producción que utiliza los semiproductos –fácilmente clientalizables‐ como molde perdido y que aporta más funciones al conjunto abre un camino de desarrollo de nuevos componentes clientalizables basados en los materiales amorfos. En un contexto de futuro deberá tenerse en cuenta la evolución de las técnicas de deposición de materiales amorfos mediante el sistema de ‘rapid prototyping’ que permiten conformar ‘just‐in‐time’ y a medida prácticamente cualquier elemento plano o tridimensional imaginable.
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