Rehabilitación de edificios – la panacea de la construcción difícil de aplicar
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Date
2018Subject/s
Unesco Subject/s
3310.04 Ingeniería de Mantenimiento
Abstract
Desde los primeros tiempos de Contart, siempre se ha considerado que la rehabilitación de edificios debía ser la salida a las, cada vez más, limitadas y exiguas políticas de edificación. Con la aparición de la grave crisis económica, de la que aún no hemos salido, parecía todavía más que la rehabilitación debía suplir la caída en picado de cualquier tipo de construcción, ya fuera residencial o de obra civil. Es alentador saber que en Europa, en plena crisis, la rehabilitación fuera el 29% del sector de la construcción en 2009, mientras que el de obra nueva era solo del 18%. Si bien, en el resto de Europa la rehabilitación de su parque inmobiliario ha ido creciendo año tras año, en España seguimos a la cola, en cuanto a rehabilitación se refiere, según un reciente informe del 2016 del Colegio de Arquitectos de Catalunya. Si bien podemos estar de acuerdo en sus conclusiones respecto a que en nuestro país no existía cultura rehabilitadora, incluso en épocas anteriores a la crisis, cabe preguntarnos. ¿Es solo porque la ley estatal de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas, del año 2013, y las escasas subvenciones promovidas por diferentes administraciones no han funcionado? ¿O hay más razones? Nuestra experiencia propia en rehabilitación nos da algunas otras respuestas como la poca flexibilidad del Código Técnico en la aplicación de sus documentos básicos, aunque se intentara mejorar con el cambio de los puntos 3 a 7 del artículo 2 de la parte I, o también por la menor flexibilidad en técnicos municipales que exigen el cumplimiento estricto sin posibilidad de argumentación. Mediante la explicación de algunos casos prácticos, la presente comunicación pretende demostrar una casuística común en pequeñas rehabilitaciones que el propio CTE debería ayudar a corregir
Desde los primeros tiempos de Contart, siempre se ha considerado que la rehabilitación de edificios debía ser la salida a las, cada vez más, limitadas y exiguas políticas de edificación. Con la aparición de la grave crisis económica, de la que aún no hemos salido, parecía todavía más que la rehabilitación debía suplir la caída en picado de cualquier tipo de construcción, ya fuera residencial o de obra civil. Es alentador saber que en Europa, en plena crisis, la rehabilitación fuera el 29% del sector de la construcción en 2009, mientras que el de obra nueva era solo del 18%. Si bien, en el resto de Europa la rehabilitación de su parque inmobiliario ha ido creciendo año tras año, en España seguimos a la cola, en cuanto a rehabilitación se refiere, según un reciente informe del 2016 del Colegio de Arquitectos de Catalunya. Si bien podemos estar de acuerdo en sus conclusiones respecto a que en nuestro país no existía cultura rehabilitadora, incluso en épocas anteriores a la crisis, cabe preguntarnos. ¿Es solo porque la ley estatal de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas, del año 2013, y las escasas subvenciones promovidas por diferentes administraciones no han funcionado? ¿O hay más razones? Nuestra experiencia propia en rehabilitación nos da algunas otras respuestas como la poca flexibilidad del Código Técnico en la aplicación de sus documentos básicos, aunque se intentara mejorar con el cambio de los puntos 3 a 7 del artículo 2 de la parte I, o también por la menor flexibilidad en técnicos municipales que exigen el cumplimiento estricto sin posibilidad de argumentación. Mediante la explicación de algunos casos prácticos, la presente comunicación pretende demostrar una casuística común en pequeñas rehabilitaciones que el propio CTE debería ayudar a corregir