El Mercado de Abastos de la ciudad de Zamora. Un bien a conservar
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Date
2016Subject/s
Unesco Subject/s
3305.32 Ingeniería de Estructuras
3305.17 Edificios Industriales y Comerciales
Abstract
Hasta el último cuarto del siglo XIX, el mercado se llevaba a cabo en puestos ambulantes que se esparcían por diferentes zonas y calles de las ciudades. A partir de este periodo, los consistorios comenzaron a tomar conciencia de la necesidad de unificar en un solo edificio todos los puestos, con la doble finalidad de conseguir una mayor salubridad pública y prevención de enfermedades, además de facilitar el cobro de los impuestos y arbitrios correspondientes. Este hecho, unido a la revolución industrial, que trajo consigo la utilización del hierro en las estructuras de aquellos edificios que necesitaban cubrir grandes luces para crear espacios diáfanos, dio como resultado la arquitectura de los Mercados de Abastos. Las capitales de provincias fueron tomando ejemplo de lo que sucedía en las grandes capitales europeas, tal fue el caso de la ciudad de Zamora, en la que en 1902 se levantó el Mercado de Abastos, obra del arquitecto Segundo Viloria. Este edificio, a día de hoy, es el máximo exponente de la arquitectura ecléctica del hierro de la capital zamorana, tanto por su magnífica estructura de hierro, con cerchas en medio punto; como por su construcción latericia, con los esbeltos pilares que flanquean sus fachadas; así como por sus amplias cristaleras, también en arco de medio punto, que ocupan ambos testeros. En la actualidad, el inmueble se sigue utilizando para el uso para el que fue concebido, y aunque ha sido objeto de diversas actuaciones aisladas, encaminadas a mejorar su habitabilidad, tratando de adaptarse a los nuevos tiempos, mejorando la accesibilidad, sustituyendo los puestos de ventas,…, estas pueden considerarse parciales por lo que, para asegurar su permanencia y su uso como mercado de abastos, se hace necesaria una importante intervención del conjunto.
Hasta el último cuarto del siglo XIX, el mercado se llevaba a cabo en puestos ambulantes que se esparcían por diferentes zonas y calles de las ciudades. A partir de este periodo, los consistorios comenzaron a tomar conciencia de la necesidad de unificar en un solo edificio todos los puestos, con la doble finalidad de conseguir una mayor salubridad pública y prevención de enfermedades, además de facilitar el cobro de los impuestos y arbitrios correspondientes. Este hecho, unido a la revolución industrial, que trajo consigo la utilización del hierro en las estructuras de aquellos edificios que necesitaban cubrir grandes luces para crear espacios diáfanos, dio como resultado la arquitectura de los Mercados de Abastos. Las capitales de provincias fueron tomando ejemplo de lo que sucedía en las grandes capitales europeas, tal fue el caso de la ciudad de Zamora, en la que en 1902 se levantó el Mercado de Abastos, obra del arquitecto Segundo Viloria. Este edificio, a día de hoy, es el máximo exponente de la arquitectura ecléctica del hierro de la capital zamorana, tanto por su magnífica estructura de hierro, con cerchas en medio punto; como por su construcción latericia, con los esbeltos pilares que flanquean sus fachadas; así como por sus amplias cristaleras, también en arco de medio punto, que ocupan ambos testeros. En la actualidad, el inmueble se sigue utilizando para el uso para el que fue concebido, y aunque ha sido objeto de diversas actuaciones aisladas, encaminadas a mejorar su habitabilidad, tratando de adaptarse a los nuevos tiempos, mejorando la accesibilidad, sustituyendo los puestos de ventas,…, estas pueden considerarse parciales por lo que, para asegurar su permanencia y su uso como mercado de abastos, se hace necesaria una importante intervención del conjunto.