La problemática de la gestión de residuos de construcción: una aproximación al estado actual de la cuestión
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Date
2006Unesco Subject/s
3305.28 Regulaciones, Códigos y Especificaciones
3308.04 Ingeniería de la Contaminación
Abstract
Los residuos de construcción y demolición (RCDs), proceden en su mayor parte de derribos de edificios y de los rechazos de los materiales de construcción de las obras de nueva planta y de pequeñas obras de reformas en viviendas o urbanizaciones. Con arreglo a la legislación española marco de residuos -Ley 10/1998, de Residuos- la competencia sobre su gestión corresponde a las Comunidades Autónomas, a excepción de los procedentes de obras menores domiciliarias, que está confiada a los ayuntamientos. La mayor parte de los RCDs se pueden considerar inertes o asimilables a inertes, y por lo tanto su poder contaminante es relativamente bajo pero, por el contrario, su impacto visual es con frecuencia alto por el gran volumen que ocupan y por el escaso control ambiental ejercido sobre los terrenos que se eligen para su depósito. Un segundo impacto ambiental negativo se deriva del despilfarro de materias primas que implica el tipo de gestión que habitualmente se hace en España, que mayoritariamente no contempla el reciclaje. Los comúnmente denominados residuos inertes pueden tener distintas procedencias: Los generados en las demoliciones de edificios, las excavaciones de suelos o ejecución de obras de reforma en calles; los originados en carreteras e infraestructuras; las excavaciones de obras de edificación; las mezclas de los escombros de construcción y los rechazos o roturas de la fabricación de piezas y elementos de construcción. La mayoría de estos residuos inertes serian reutilizables, generalmente en otros usos en el mismo sector de la construcción, con operaciones de limpieza y preparación previas no muy complicadas, pero la realidad actualmente en nuestro país es que la mayoría se destinan a los vertederos (más o menos controlados) y que los porcentajes de reciclaje o reutilización de residuos de construcción son de los mas bajos de Europa.
Los residuos de construcción y demolición (RCDs), proceden en su mayor parte de derribos de edificios y de los rechazos de los materiales de construcción de las obras de nueva planta y de pequeñas obras de reformas en viviendas o urbanizaciones. Con arreglo a la legislación española marco de residuos -Ley 10/1998, de Residuos- la competencia sobre su gestión corresponde a las Comunidades Autónomas, a excepción de los procedentes de obras menores domiciliarias, que está confiada a los ayuntamientos. La mayor parte de los RCDs se pueden considerar inertes o asimilables a inertes, y por lo tanto su poder contaminante es relativamente bajo pero, por el contrario, su impacto visual es con frecuencia alto por el gran volumen que ocupan y por el escaso control ambiental ejercido sobre los terrenos que se eligen para su depósito. Un segundo impacto ambiental negativo se deriva del despilfarro de materias primas que implica el tipo de gestión que habitualmente se hace en España, que mayoritariamente no contempla el reciclaje. Los comúnmente denominados residuos inertes pueden tener distintas procedencias: Los generados en las demoliciones de edificios, las excavaciones de suelos o ejecución de obras de reforma en calles; los originados en carreteras e infraestructuras; las excavaciones de obras de edificación; las mezclas de los escombros de construcción y los rechazos o roturas de la fabricación de piezas y elementos de construcción. La mayoría de estos residuos inertes serian reutilizables, generalmente en otros usos en el mismo sector de la construcción, con operaciones de limpieza y preparación previas no muy complicadas, pero la realidad actualmente en nuestro país es que la mayoría se destinan a los vertederos (más o menos controlados) y que los porcentajes de reciclaje o reutilización de residuos de construcción son de los mas bajos de Europa.