La hermeticidad al aire en España. Evolución normativa y su importancia para los edificios de consumo casi nulo
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Date
2020-05Subject/s
Unesco Subject/s
Abstract
La hermeticidad al aire es un parámetro fundamental para la construcción de Edificios de Consumo de Energía Casi Nulo (ECCN). Así se ha demostrado, en numerosos estudios realizados por entidades de reconocido prestigio como el Passivhaus Institut, o el Lawrence Berkeley Laboratory de la University of California, entre otros. Según un estudio realizado por el Instituto Passivhaus, la reducción de las infiltraciones de aire en los edificios situados en clima templado como Madrid, puede suponer una reducción de en torno a 15-20 kWh/m² año de demanda de calefacción. Tras las directivas europeas de eficiencia energética, los países de la Unión Europea (UE) han adaptado sus normativas de manera progresiva, con el objetivo de conseguir que sus edificios nuevos sean ECCN. Entre otros parámetros, regulan el nivel de infiltraciones de aire de los edificios mediante la ejecución de ensayos, como el Test de presurización mediante puerta soplante, o blower door, cuyo procedimiento se define en la EN 13829 e ISO 9972. Del ensayo obtenemos el valor n50, o renovaciones de aire a la hora, a una diferencia de presión de 50 Pascales. Este valor, nos sirve para comparar y evaluar la hermeticidad de los edificios. De este modo, la mayoría de países de la UE limitan el nivel de infiltraciones de aire, con objeto de conseguir envolventes térmicas de mayor calidad. Por ejemplo, en Alemania un edificio nuevo con ventilación mecánica no puede tener una tasa n50 superior a 1,5 ren/h a 50 Pa. Asimismo, el estándar de construcción Passivhaus, exige la realización del ensayo en los edificios certificados, obteniendo un valor inferior a 0,60 ren/h. La normativa española no regula este tema hasta la fecha. No se exige la realización de ensayos, ni se limita el nivel de hermeticidad de los edificios. Sin embargo, sí que se observa una evolución en la importancia que le da el Código Técnico de la Edificación (CTE) a este parámetro. En las sucesivas actualizaciones del Documento Básico de Ahorro de Energía (DB HE) y en los procedimientos para le evaluación de la eficiencia energética de los edificios. Se ha pasado de considerar las infiltraciones de aire como un parámetro vinculado a la ventilación y relacionado casi exclusivamente con la permeabilidad de los huecos, a contabilizar la permeabilidad de los elementos opacos en función de la calidad de la envolvente, incorporando la posibilidad de obtener dicho parámetro mediante la ejecución de ensayos. Pese a que la normativa propuesta favorece la mejora y control de la hermeticidad, no se imponen límites ni exigencias al respecto. Por lo que los edificios nuevos podrían ser poco herméticos, y por lo tanto poco eficientes y confortables. Existen herramientas, como el ensayo blower door y la termografía infrarroja, para cuantificar y controlar las infiltraciones de aire. Ensayos normalizados que permiten verificar la calidad de la envolvente de una manera precisa y viable. Se espera que en futuras actualizaciones se definan límites y pruebas para controlar este factor tan importante y poder garantizar eficiencia energética y confort.
La hermeticidad al aire es un parámetro fundamental para la construcción de Edificios de Consumo de Energía Casi Nulo (ECCN). Así se ha demostrado, en numerosos estudios realizados por entidades de reconocido prestigio como el Passivhaus Institut, o el Lawrence Berkeley Laboratory de la University of California, entre otros. Según un estudio realizado por el Instituto Passivhaus, la reducción de las infiltraciones de aire en los edificios situados en clima templado como Madrid, puede suponer una reducción de en torno a 15-20 kWh/m² año de demanda de calefacción. Tras las directivas europeas de eficiencia energética, los países de la Unión Europea (UE) han adaptado sus normativas de manera progresiva, con el objetivo de conseguir que sus edificios nuevos sean ECCN. Entre otros parámetros, regulan el nivel de infiltraciones de aire de los edificios mediante la ejecución de ensayos, como el Test de presurización mediante puerta soplante, o blower door, cuyo procedimiento se define en la EN 13829 e ISO 9972. Del ensayo obtenemos el valor n50, o renovaciones de aire a la hora, a una diferencia de presión de 50 Pascales. Este valor, nos sirve para comparar y evaluar la hermeticidad de los edificios. De este modo, la mayoría de países de la UE limitan el nivel de infiltraciones de aire, con objeto de conseguir envolventes térmicas de mayor calidad. Por ejemplo, en Alemania un edificio nuevo con ventilación mecánica no puede tener una tasa n50 superior a 1,5 ren/h a 50 Pa. Asimismo, el estándar de construcción Passivhaus, exige la realización del ensayo en los edificios certificados, obteniendo un valor inferior a 0,60 ren/h. La normativa española no regula este tema hasta la fecha. No se exige la realización de ensayos, ni se limita el nivel de hermeticidad de los edificios. Sin embargo, sí que se observa una evolución en la importancia que le da el Código Técnico de la Edificación (CTE) a este parámetro. En las sucesivas actualizaciones del Documento Básico de Ahorro de Energía (DB HE) y en los procedimientos para le evaluación de la eficiencia energética de los edificios. Se ha pasado de considerar las infiltraciones de aire como un parámetro vinculado a la ventilación y relacionado casi exclusivamente con la permeabilidad de los huecos, a contabilizar la permeabilidad de los elementos opacos en función de la calidad de la envolvente, incorporando la posibilidad de obtener dicho parámetro mediante la ejecución de ensayos. Pese a que la normativa propuesta favorece la mejora y control de la hermeticidad, no se imponen límites ni exigencias al respecto. Por lo que los edificios nuevos podrían ser poco herméticos, y por lo tanto poco eficientes y confortables. Existen herramientas, como el ensayo blower door y la termografía infrarroja, para cuantificar y controlar las infiltraciones de aire. Ensayos normalizados que permiten verificar la calidad de la envolvente de una manera precisa y viable. Se espera que en futuras actualizaciones se definan límites y pruebas para controlar este factor tan importante y poder garantizar eficiencia energética y confort.